¡Hola! Bienvenidos a 15-0
La frase más famosa de la historia del tenis fue dicha, en 1981, por John McEnroe en el lugar más icónico posible: Wimbledon. Muchos de los momentos más memorables del tenis han ocurrido allí, en la “catedral del tenis”: los clavados de Boris Becker para volear; Jana Novotna llorando desconsolada en el hombro de la Duquesa de Kent; María Sharapova campeona a los 17 años; Serena Williams con su séptimo campeonato a los 34 años; Andy Murray poniendo punto final a 77 años de espera de toda Gran Bretaña; y, por supuesto, Roger y Rafa terminando al anochecer, el mejor partido de tenis de la historia.

Wimbledon, el torneo más antiguo del mundo, es EL Grand Slam por excelencia, con el que sueñan la mayoría de los aspirantes a tenistas profesionales, incluido Rafael Nadal (el “rey del polvo de ladrillo”), el único con una película que lleva su nombre y también el único que jamás ha cambiado de sede.

The Championships, el nombre formal del torneo de Wimbledon, se lleva a cabo desde 1877 en The All England Lawn Tennis & Croquet Club Limited. Entre sus socios honorarios se incluyen todos los ganadores, varones y mujeres, del torneo de singles, y otras personas elegidas por el directorio. Tal es el caso de Andy Roddick que, si no hubiese sido contemporáneo de Roger Federer, seguramente habría ganado alguna de las tres finales que jugó.

Ningún Grand Slam tiene el aura de Wimbledon. Sus tradiciones lo convierten en un lugar especial. Las canchas con el pasto perfectamente cortado a 8 milímetros de altura; el palco real de la cancha central; el halcón Rufus que, todas las mañanas, sobrevuela las canchas para ahuyentar a las palomas; el toque de queda inamovible a las 11 de la noche; las toneladas de frutillas que se consumen cada año; los árbitros que anteponen el Mister y Miss antes del nombre de cada tenista; el campeón del año previo siempre juega el partido inicial del primer día, mientras que el segundo día es el turno de la campeona defensora… y hay más. Si bien en Wimbledon las costumbres se mantienen, este año hubo un gran cambio: no hay más jueces de línea y se adoptó el mecanismo de revisión electrónica en vivo. Anastasía Pavliuchénkova es, hasta ahora, quien más los extrañó, luego del fallo ridículo del juez de silla en su partido contra la británica Sonay Kartal.

Quizás la tradición más emblemática sea el código de vestimenta. Según el reglamento, los tenistas deben usar ropa “casi completamente blanca”, aunque desde 2024 las mujeres, por motivos obvios, pueden usar un short de color oscuro bajo las faldas o vestidos, siempre y cuando no sobresalga. Este código comprende las zapatillas. En 2013, Roger Federer debió cambiar las que había usado en la primera ronda, ya que la suela, enteramente naranja, violaba el reglamento.

Esquina de chismes
Gira de disculpas de Aryna Sabalenka. Después de sus desafortunadas declaraciones post-final de Roland Garros, Sabalenka llegó a Wimbledon dispuesta a reivindicarse. Hizo una ronda muy espontánea de relaciones públicas que incluyó un entrenamiento y videos para TikTok con Coco Gauff. Coco, magnánima, dio por superado el episodio y publicó en Twitter que son Best Friends Forever. Por favor, dioses del tenis, que les toque jugar pronto de nuevo.
Redes sociales de Wimbledon. Los días previos al inicio del torneo pudimos ver a los jugadores mostrando sus “gracias”. Daniil Medvedev y Jannik Sinner entrenaron, mientras Jamie Delgado (coach de Grigor Dimitrov) los entrevistaba; a Jasmine Paolini le preguntaron qué opinaba de la pasta con pollo (no ha lugar, por supuesto); un tenista serbio se coló en la rueda de prensa de Aryna Sabalenka; y varios jugadores se sacaron fotos… ¿simpáticas?

Stop trying to make Alcaraz-Raducanu happen! (diría Regina George de la película Mean Girls). La publicación de las parejas invitadas al dobles mixto del US Open 2025, que incluyen a la dupla Carlos Alcaraz-Emma Raducanu, ha despertado la vocación de Cupido de varios periodistas. Abundaron las preguntas a ambos sobre la naturaleza de su relación. El momento más incomprensible se produjo en una conferencia de prensa del tenista Cameron Norrie, a quien le consultaron si estaba saliendo con Emma Raducanu o, en su defecto, si sabía con quién está saliendo ella.
El fin de Tsitsidosa. La pareja más intensa del circuito, Paula Badosa y Stefanos Tsitsipas, ha llegado, otra vez, a su final. Borraron todo rastro del otro en sus redes sociales. Según la revista ¡Hola! la ruptura se debió al cúmulo de derrotas y lesiones de ambos (¿?). Otra revista de chismes asegura que fue por la mala relación de Badosa con su suegrito. Por supuesto que nos gusta más esta última teoría, dados los antecedentes de Apóstolos Tsitsipas.
Las toallas oficiales de Wimbledon. El souvenir más codiciado por las familias, amistades y adyacentes a los tenistas. Cada jugador recibe dos toallas antes de cada partido, pero con frecuencia, apenas entran a la cancha, los tenistas las guardan discretamente (o no tanto) en sus bolsos y solicitan otro par. Iga Świątek fue capturada infraganti por las cámaras:
John McEnroe y Bjorn Borg. No sabemos si son siempre los mismos señores, pero en Wimbledon nunca falta una dupla vestida de John McEnroe y Björn Borg.
Frutillas con crema
He-ca-tom-be. La palabra que más hemos escuchado y leído en la prensa angloparlante es carnage: entre la primera y la segunda ronda perdieron 19 de los 32 preclasificados y 17 de las 32 preclasificadas. Entre las víctimas más connotadas estuvieron Alexander Zverev (3), Jack Draper (4), Coco Gauff (2) y Jessica Pegula (3). Si bien en Wimbledon, al jugarse en pasto, suele haber más “sorpresas” que en otros Grand Slam, semejante epidemia de derrotas es inédita. Las explicaciones son múltiples: la ola de calor de los primeros días, lesiones previas que les impidieron a varios jugadores prepararse adecuadamente, lesiones durante los partidos, la presión, la lentitud de las canchas y las pelotas que se usan este año y hasta una ¿alergia al césped? Por suerte para la organización del torneo, Jannik Sinner, Carlos Alcaraz, Aryna Sabalenka e Iga Świątek siguen con vida. No obstante, Wimbledon está a pocas derrotas de convertirse en la película de Zendaya.
Las victorias de Emma Navarro y Clara Tauson sobre Barbora Krejčíková (campeona 2024) y Elena Rybakina (campeona 2022), respectivamente, garantizan que entre las mujeres haya una nueva campeona. Krejčíková llegó a defender su título con pocas expectativas, ya que estuvo fuera del circuito casi un año por múltiples lesiones. De todas formas, mostró destellos del tenis sofisticado y poderoso que puede desplegar cuando está saludable. Rybakina, por su parte, no logra salir de su pozo tenístico, ni de la relación tóxica con su entrenador/novio Stefano Vukov. Una lástima, su estilo de juego parece hecho a medida para el pasto.
Solana Sierra. Había perdido en la ronda final de la clasificación y 15 minutos antes del partido le dijeron “vístete que entras”. Solana es la primera lucky loser de la era abierta en alcanzar los octavos de final. Mostró temple, personalidad, un juego potente y agresivo y un excelente servicio. En la segunda vuelta, con el 99,5% del público en contra, derrotó en tres sets a la tenista británica Katie Boulter. En el siguiente partido, ante Cristina Bucsa, se sobrepuso a un golpe autoinfligido con su raqueta en el dedo medio. Ayer, visiblemente cansada después de 6 partidos seguidos, perdió con una de las jugadoras más molestas, en todo sentido, del circuito: Laura Siegemund (alemana de 37 años). Un conejo Energizer que llega a todas, cuya pasión es interrumpir a sus rivales cuando están por sacar. No importa: este debut de Solana ha sido fantástico, le permitirá subir en el ranking, entrar directo al US Open y obtener nuevos sponsors.
CE-HACHE-I: Nicolás Jarry. Viene de un año complicado por una inflamación en el nervio vestibular del oído que le genera mareos y pérdida del equilibrio. Llegó a Wimbledon fuera del top 100 del ranking. Por suerte, los dioses del tenis se apiadaron de Nico y tuvo su mejor torneo en mucho tiempo. Después de pasar la clasificación, estuvo dos sets abajo contra Holger Rune (octavo favorito) en la primera ronda, pero logró ganar 6-4 en el quinto. En la tercera vuelta, en medio de los gritos de la torcida brasileña, se llevó el partido en cuatro sets contra João Fonseca. Perdió en octavos con Cameron Norrie, 6-3 en el quinto set, pero seguramente se irá contento de Wimbledon. Contra Norrie, Jarry, además del público, debió soportar los constantes amagues de su rival que, para detener el shot clock, tiraba la bola hacia arriba para sacar, la agarraba y empezaba de nuevo todo el movimiento. “He does it all the time…I have to suck it”, le dijo a la árbitro, con toda razón. Vamos Nico, como dice tu tocayo Massú, “nada es imposible weón, ni una weá”, la temporada de cancha dura se ve prometedora.

Fabio Fognini. Según escuchamos en varios podcast, cuando salió su nombre sorteado, hubo risas en la sala de prensa: sería el rival en primera vuelta del campeón defensor, Carlitos Alcaraz. “Fogna” (cloaca en italiano), como suelen llamarlo, llegaba a Wimbledon con una racha de 10 derrotas consecutivas. La número 11 era un hecho, salvo que Carlitos jugase con la mano izquierda, decían en la prensa. Fabio Fognini casi dio el batacazo del torneo, jugó un partido vintage, digno de sus mejores momentos, aprovechó los nervios de Alcaraz y lo llevó hasta el quinto set. Un gran punto final para la carrera de uno de los tenistas más talentosos que hemos visto. Grazie Fabio!
Taylor Fritz contra los servebots. En la primera ronda enfrentó a Giovanni Mpetshi Perricard (tenista francés de más de 2 metros, cuyo servicio supera los 220 Km/h como si nada) y en la segunda a Gabriel Diallo (canadiense, también de 2 metros y saque de más de 200 Km/h). Ambos partidos los ganó en el quinto set y contra Mpetshi Perricard estuvo dos sets y 5-2 abajo en el tiebreak del tercero. Taylor Fritz: 2-Servebots: 0. Tiene un draw favorable hasta la semifinal, veremos si lo aprovecha.
Iga Świątek en octavos de final. Nuestra querida Iga llegó esta vez a Wimbledon sin el trofeo de Roland Garros bajo el brazo y, por lo tanto, con más tiempo para entrenar en pasto. Por primera vez en su carrera profesional está en la segunda semana de Wimbledon. Se la ve contenta, con confianza en sus movimientos, paciencia para jugar los puntos y atacar en el momento correcto. No nos atrevemos a decir más. Lo que no podemos perdonarle es su mal gusto culinario. Esperamos con ansias las preguntas a los tenistas italianos sobre la delicatessen polaca que publicó Iga en su Instagram.

Camilo Ugo Carabelli. Ni el pasto ni el código de vestimenta de Wimbledon son de su agrado. Para evitar mayores sufrimientos, se fue rápido.
Daniil Medvédev. Nuestro amigo ruso fue una de las víctimas de la hecatombe de la que hablábamos al principio. Como es su costumbre, nos regaló, durante su partido contra Benjamin Bonzi, una de las frases del torneo: “¿Por qué no juegas así al tenis todos los días, ganas millones y eres rico? No, él [Benjamin Bonzi] decide hacerlo una vez al año”.
Los tenistas británicos: fueron cayendo uno tras otro. Jack Draper perdió en segunda vuelta con un rejuvenecido Marin Cilic y Emma Raducanu, con Aryna Sabalenka en la tercera ronda. Un partido de muy buen nivel, con gran participación del público a favor del crédito local. Aryna dijo tras su victoria que cuando los escuchaba imaginaba que la alentaban a ella. La estrategia le funcionó tan bien como los palazos que tiró en ambos sets. El único sobreviviente es Cameron Norrie (entrenado por el argentino Facundo Lugones) que enfrentará a Carlos Alcaraz (piece of cake) por el pase a la semifinal.
Italia. Por primera vez en la historia, hay tres tenistas italianos en octavos de final: Jannik Sinner (casi sin despeinarse, como de costumbre), Flavio Cobolli y Lorenzo Sonego. En la tercera ronda Cobolli derrotó en sets corridos a Jakub Mensik (preclasificado 15) y Sonego en cinco sets, a Brandon Nakashima (preclasificado 29). Jasmincita Paolini llegó cansada a Wimbledon y se despidió en segunda vuelta. Otra más que debería ir de paseo a Ibiza con Carlitos.

Esquina de moda
Adidas. La línea para Wimbledon de Adidas, en colaboración con su línea Originals, es una belleza. De diseño retro, con unas telas lindísimas. Lástima que casi todas las víctimas de las primeras rondas usaban Adidas.
Coco Gauff. New Balance decidió disfrazarla de esas carpetas que tejían las abuelas a crochet. Un espanto. Que vuelva pronto la línea en colaboración con Miu Miu que tanto festejamos en 15-0.

Esquina de recomendaciones
La salud mental de los tenistas nuevamente ha cobrado relieve por las declaraciones de Alexander Zverev, después de su derrota en primera vuelta.
En una conferencia de prensa que muchos consideraron conmovedora, Zverev contó que se siente solo y que le cuesta encontrar motivos de felicidad dentro y fuera de la cancha. La repercusión fue tal que hasta en TN, canal que ignora todo sobre el tenis, el sábado pasado a la mañana hubo un bloque especial de 15 minutos sobre el tema, con un coach deportivo de invitado. No hubo referencia alguna a las denuncias que le hicieron dos ex parejas por violencia de género: pareciera que eso no revela un problema preexistente de salud mental.
Esto nos lleva a retomar un tema del que ya hablamos: la diferencia de vara con la que se mide a varones y mujeres. Cuando Naomi Osaka manifestó públicamente que sufría de problemas emocionales abundaron los comentarios sobre “la inestabilidad y falta de fortaleza mental de las mujeres”. Ahora que Zverev dice sufrir algo similar los comentarios son: “pobre, debe soportar tanta presión…”.
Para cerrar: Misha Zverev, consultado sobre las declaraciones de su hermano, dijo que problemas de verdad tienen los niños que pasan hambre en África. Uno de los primeros en solidarizarse con Alexander Zverev fue un tal Nole. Para nosotras, esto zanja la cuestión.
Si les interesa el tema de la salud mental en tenistas de alto rendimiento, les recomendamos los documentales de dos jugadores que han sufrido de depresión y ataques de pánico, respectivamente: Andrey Rublev, a quien hoy vemos muy sereno y sonriente en la cancha, y Mardy Fish, que debió retirarse por la ansiedad que le provocaba el solo hecho de ingresar a una cancha de tenis.
Breaking Back-Andrey Rublev: https://www.atptour.com/en/video/andrey-rublev-breaking-back-watch-documentary
Untold. Breaking Point-Mardy Fish: disponible en Netflix.
Antes de despedirnos, queremos celebrar la carrera de Petra Kvitová, jugadora checa y zurda (#leftypower) que este año se retira del tenis profesional. Quizás sea, junto con Gaby Sabatini, la mejor jugadora en nunca haber alcanzado el primer lugar del ranking. Bicampeona de Wimbledon (2011 y 2014), ganó en total 31 torneos, incluidos 5 masters 1000. También, al igual que Gaby, una jugadora muy querida por sus colegas, la prensa y el público. En 2016, un ladrón ingresó a la casa de Kvitová, armado con un cuchillo y le destrozó la mano izquierda (sufrió lesiones en los tendones, en los nervios y en los cinco dedos). Nueve meses después del ataque estaba de nuevo en las canchas. En 2018 ganó el masters 1000 de Madrid y al año siguiente llegó a la final de Australia. Petra volvió a la elite del tenis mundial sin haber recuperado del todo la sensibilidad en dos de sus dedos. El Tennis Hall of Fame la espera.
Nos leemos la próxima semana para decirle hasta el año que viene a la temporada de pasto: es justo y necesario que haya un Masters 1000 de césped. Nos unimos al clamor popular, que no existe en Argentina pero debería. Causas menos importantes juntan 5 mil firmas en Change.
Saludos y un brindis con Pimm’s Cup,
Caterina y Laura
Excelente post, como siempre chicas! Es muy entretenido e “instructivo” leerlas, a por todas!!!😃💪🏼
Me llamó la atención la cantidad y dimensiones de sponsors en los vestidos de las chicas. Ya sé que los hombres tienen las mangas, pero aun así. Acuerdo sobre las prendas Adidas, recién lo vi con Davidovich. Saludos