¡Hola! Bienvenidos a 15-0
Para qué vamos a disimular, no tenemos por qué ser imparciales: ESTAMOS FELICES. Iga Świątek y Jannik Sinner son los flamantes campeones de Wimbledon. En la primera edición de esta newsletter nos declaramos hinchas de ambos: qué alegría verlos tan, radiantes, contentos y libres de toda preocupación, es decir, al fin, DISFRUTANDO.
Los dos necesitaban esta victoria. Iga venía de 15 meses sin ganar un torneo, una temporada de polvo menos que estelar y cuestionamientos a su equipo en los medios polacos (Algún día hablaremos de la presión que implica ser LA STAR de todos los medios de tu país). Sinner, por su parte, llegaba a Wimbledon después de su cuarta derrota consecutiva ante Carlitos y de haber despedido a su preparador físico y a su kinesiólogo unos días antes del inicio torneo.
Iga y Jannik cumplieron su sueño y el de tantísimos niños (y no tanto) que alguna vez hemos agarrado una raqueta de tenis: triunfar en Wimbledon.

Después de la primera semana, ningún resultado nos habría sorprendido, ni siquiera Laura Siegemund y Cameron Norrie campeones (bueno, ese sí). De hecho, Laurita y sus artes oscuras (como denominan en The New York Times a las constantes disrupciones del ritmo de sus rivales), estuvieron a un set de avanzar a las semifinales. Aryna Sabalenka reaccionó a tiempo y logró ganar los dos últimos sets.
A partir de los cuartos de final no hubo más sorpresas y prevalecieron los favoritos. La excepción fue Amanda Anisimova que, en tres sets llenos de sus reveses sublimes, puntos de gran nivel y una cuota de drama en el cierre, derrotó a Sabalenka (1 del mundo) y avanzó a su primera final de Grand Slam. Háganse un favor y cuando puedan busquen ese partido en Disney +. Es tenis de un nivel poco frecuente.
Iga, después de un susto en la segunda vuelta, entró en modo “inmisericorde” y ganó en sets corridos todos sus encuentros. Aprovechó, también, para inaugurar una sucursal de su panadería en Wimbledon y regaló varios bagels (así se denominan a los sets ganados 6-0).
Los estilos de juego son diferentes, pero la forma en que Iga cubre cada cm2 de la cancha, sin dar respiro a sus contrincantes, nos recuerda a Steffi Graff. Por cierto, la única tenista de la era abierta en ganar una final por doble 6-0. Iga Świątek ahora también ostenta ese récord.
La final de mujeres no cumplió con las expectativas, salvo las de Iga y su equipo. El contraste entre sus golpes y la buena forma desplegada por Świątek y Anisimova presagiaba un encuentro apretado. Hubo dos “pequeños” problemas: 1) Amanda entró a la cancha paralizada de los nervios y 2) Iga lo hizo con cinco finales de Grand Slam jugadas y ganadas. Contra cualquier otra tenista, Anisimova habria tenido la oportunidad de entrar en el partido, pero Świątek, cuando está “en la zona” es implacable. En efecto, ha perdido en total 3 sets en las 23 finales que ha ganado.
El título de Wimbledon es el sexto Grand Slam de Iga Świątek. Con apenas 24 años ya tiene un Major más que María Sharapova. Solo le falta ganar Australia para completar el Career Slam (ganar al menos una vez cada uno de los cuatro torneos).

El domingo fue el turno de los varones. Los finalistas eran los mismos de Roland Garros. Carlitos venía de ganarle en cuatro sets a Taylor Fritz en las semis y Sinner, con contundencia, en sets corridos, a un tal Novak Djokovic.
Carlos Alcaraz, campeón de Wimbledon en 2023 y 2024, era el favorito. La prensa del tenis se preguntaba si Jannik Sinner sería capaz de jugar la final sin traumas por los matchpoints perdidos hacía apenas cinco semanas.
El primer set, en el que Alcaraz estuvo 4-2 abajo y terminó ganando, no era auspicioso para Sinner. Sin embargo, nosotras mantuvimos la fe intacta, gracias a dos datos de rigor científico inapelable: 1) Jannik había ganado el primer set en Roland Garros y 2) Seal, amigo y fan de Sinner, estaba en el box con el equipo y la familia, igual que en el US Open 2024.
El segundo set empezó con un quiebre temprano de Sinner y terminó con una seguidilla de puntos que, si los hubiese hecho Alcaraz, Batata Clerc seguiría afónico de tanto gritar “Qué lindoooooooo”. Tenis quirúrgico:
A partir del segundo set hizo click la estrategia de Sinner: sofocar a Carlitos desde el fondo de la cancha, robarle la iniciativa y atacar su segundo saque. En los últimos dos sets, Jannik mejoró su porcentaje de primeros servicios y superó a Alcaraz tanto en tiros ganadores como en subidas a la red. También anticipó muchos de los drop shots de Carlitos quien, impotente, en un cambio de lado del tercer set, le gritó a su box: “Está siendo mejor que yo, desde el fondo de pista muchísimo mejor que yo”.
Hubo momentos de angustia, zozobra y flashbacks de Roland Garros en el set final: Sinner estuvo 15-40 cuando sacaba para ponerse 5-3 en el marcador. Nuestro pupilo mostró su “sangre sudtirolesa”, llegó a 40 iguales y con dos excelentes servicios se llevó el game. Menos mal, no sabemos si la madre iba a sobrevivir otra derrota ¿La vieron? Lo que sufre esa señora mientras juega su hijo la convierte en la mamma italiana que es, aunque se llame Siglinde.
Jannik Sinner ganó su cuarto título de Grand Slam. Al igual que Iga, solo le resta ganar un torneo de Grand Slam (Roland Garros) para completar el Career Slam.

El triunfo de Sinner en las semis y en la final, para nuestra felicidad, mantiene intactos dos récords de Roger Federer: máximo campeón masculino de Wimbledon (8 títulos) y único ganador de sus primeras siete finales de Grand Slam. Grazie mille Volpetta!
Esquina de chismes
Iga y las toallas-parte II. Iga prosiguió, incólume, con su hurto de toallas. La organización del torneo, para evitarle más molestias, le regaló una con su nombre bordado.
Pasta con frutillas. Este engendro culinario, como predijimos en 15-0, siguió dando de qué hablar. Flavio Cobolli le recomendó a Iga que no vuelva a Italia, mientras que Brad Gilbert, en un acto de arrojo sin precedentes, probó el plato en vivo. Darren Cahill se negó rotundamente a secundarlo, para orgullo de Jannik Sinner y Simone Vagnozzi.

Corchos en la cancha. Sólo en Wimbledon se puede escuchar al árbitro, pidiéndole al público “por favor no descorchar champagne cuando los jugadores están por sacar”. Ocurrió en el partido de cuartos de final de Anisimova y también en la final masculina. Ideal para la concentración de los tenistas.
Famosos acalorados. Durante la segunda semana del torneo hubo una profusión de celebridades, abanico en mano, en el palco real. Vimos a: Hugh Grant dormir una siesta estupenda; Leonardo di Caprio sin tratar de esconderse; Dave Grohl peinado; Nicole Kidman semi despeinada y con la cara brillosa; Keyra Nightley muerta de risa con Andrew Scott (el famoso hot priest de Fleabag); Roger y Mirka Federer más REGIOS, que nunca; Andre Agassi vestido de emblema de Wimbledon; Björn Borg cada día más rojo, y; por supuesto, al rey Felipe de España, la Reina Camila y a los Príncipes de Gales con sus hijos Charlotte (muy contenta) y George (mucho menos contento). Kate Middleton entregó los trofeos en las dos ceremonias de premiación.


The Champions Dinner. Otra de las tradiciones que hacen único a Wimbledon. A continuación de la final masculina, el torneo homenajea a todos los ganadores (singles y dobles, mujeres y varones, profesionales y juniors) con una comida de gala. La organización del torneo pone a disposición de las campeonas un pequeño ejército de estilistas, así como vestidos, zapatos y accesorios. Los varones, menos afortunados, se las tienen que arreglar solitos.

La gala incluye un baile entre los ganadores que siempre genera curiosidad, especialmente este año: Iga Świątek y Jannik Sinner son tímidos, Iga incluso más que Sinner. Es ideal que hayan ganado juntos, compartieron la incomodidad del momento. A Sinner le preguntaron en la TV italiana por sus dotes de baile: las describió como “bastante malas”, también dijo que no se iba a hacer problema y que encontraría la solución. En los videos del baile y en sus comentarios queda claro que la solución fue la ingesta de “coraje líquido”.
Con Uds., el baile de los introvertidos, como lo bautizaron en uno de nuestros podcast preferidos:
Felicitaciones. Después de cada final, en Twitter y en Instagram abundan los saludos a los campeones de celebridades, deportistas varios y colegas. El mejor fue el de Pedro Cachín para Jannik Sinner:
Elegancia. Puede aprenderse, como muestra la siguiente foto de un jovencísimo Roger Federer. Tal vez haya esperanzas para Georgios Frangoulis, novio de Sabalenka.
El novio de Sabalenka se paseó por Wimbledon, feliz haciendo cosplay de Mr. T. Debe tener tendinits en el cuello. Fuente: Google. Más frutillas con crema (y solo crema)
Carlos Alcaraz. Nuestro mayor problema con Carlitos es que tiene la pésima costumbre de ganarle a Jannik Sinner y, en menor medida, la de ponerse el dedito en el oído para que lo aplaudan (aún) más. Pero tiene un tenis espectacular, un comportamiento ejemplar en la cancha y su rivalidad con Sinner, al mejor estilo de la de Nadal y Federer, es cada vez más interesante. Muchos tenistas famosos, estrellas del deporte que amamos, como Andre Agassi, apuestan al desarrollo de esta rivalidad.
Amanda Anisimova. Su paso por Wimbledon empezó y terminó con el mismo score. En la primera ronda le ganó 6-0, 6-0 a Julia Putintseva y en la final perdió 6-0, 6-0 con Iga Świątek (esta trayectoria debería desvelar a más de un quinielero). Ese último partido, en el que sucumbió a la presión, no debe opacar el gran torneo de Anisimova (hay que ganar 6 partidos para jugar la final) ni su excelente temporada: ingresó al Top 10 femenino por primera vez en su carrera. Leímos críticas impiadosas en redes ¿De verdad alguien piensa que una tenista profesional va a salir a perder en la final de Wimbledon? Sus palabras post partido fueron absolutamente sinceras: luego de la batalla contra Sabalenka se quedó sin gasolina y no pudo conectar ni un solo golpe ante una Iga en estado de gracia.
Grigor Dimitrov. El episodio más feo de todo el torneo. Grigor estaba jugando el partido de su vida, iba dos sets arriba de Sinner en los octavos de final, hizo un ace para igualar a 2 games el tercero y se tiró al piso. No se entendía nada, pensamos que se estaba ahogando, pero fue un desgarro del pectoral derecho. Por quinta vez seguida en un Grand Slam, su cuerpo le dijo basta. Nunca sabremos el resultado final de ese partido. Sinner no estaba jugando bien, por la estrategia de juego de Grigor y por su caída, y consecuente porrazo en el codo, durante el primer game del partido (la velocidad de pelota de Sinner se redujo más de 10 Km/h). Le deseamos una pronta y total recuperación a Dimitrov, se la merece.
Taylor Fritz. Llegó a su primera semifinal de Wimbledon, en la que por momentos logró imponerse a Alcaraz, pero que perdió en cuatro sets. No es el tenista más talentoso, ni el más rápido, pero sí uno de los más tenaces. Nunca busca excusas para sus derrotas, es inteligente en la cancha y sus conferencias de prensa son honestas y detalladas. Gran torneo del novio de Morgan Riddle (algún día haremos una newsletter dedicada solo a ella, que en 2020 empezó un tímido vlog con el objetivo de “make tennis cool again” y hoy en día factura cientos de miles de dólares al año).
Ben Shelton: este tenista estadounidense zurdo (#leftiepower), de apenas 22 años, tiene un switch que, por ahora, solo enciende en los torneos de Grand Slam. Ya no sorprende verlo en las rondas finales, aun cuando no haya ganado un partido en el mes previo. Tiene uno de los saques más potentes del circuito, pero no es un servebot, sabe volear, tiene un buen drive y un atleticismo formidable. Si su padre y coach, Brian Shelton, logra ordenarle las ideas, puede ser muy peligroso. Seguiremos con atención su camino hacia el US Open.
Belinda Bencic. Hace 14 meses nació su hija Bella. Tuvo un comienzo de 2025 prometedor (ganó Abu Dhabi y llegó a cuartos de final en Indian Wells), pero no jugaba desde mayo, por algunas lesiones. Alcanzó su mejor resultado en Wimbledon: perdió en las semifinales contra Iga. Esta discípula de Melanie Molitor (madre y coach de Martina Hingis), además de compatriota y protegida de Roger, es una de las tenistas que más temprano le pega a la bola, al igual que Hingis, y la redirige con facilidad: una virtud no tan frecuente hoy en día. Bencic comentó que juega más libre y tranquila desde que tuvo a su hija. Ojalá se mantenga saludable, su retorno es muy bienvenido.
Este Wimbledon lo vimos, más que nada, por la señal en inglés de ESPN. Si tienen Disney+ se los recomendamos para el US Open. Comentarios sobrios, técnicos y concisos. ESPN en español ya sabemos que ofrece. Sobre la parcialidad de Daniel Orsanic hacia Carlitos no diremos nada, es ridículamente obvia, pero el comentario que hizo sobre Amanda Anisimova es de los más desubicados que hemos escuchado en ESPN. Según Orsanic, Anisimova estaba mucho más delgada, cosa que le facilitaba moverse en la cancha, ya que antes era pesada (sic). No solo es falso, Anisimova siempre ha sido delgada, pero nunca hemos oído/leído acotaciones de ese tipo sobre David Nalbandian y Marcos Bagdhatis, por nombrar a dos tenistas que nunca le pusieron mucha onda a los abdominales.
Se terminaron Wimbledon y la temporada de pasto. Como todos los años, duró demasiado poco. Verde césped te extrañaremos.

En menos de dos semanas comienza la temporada de cancha dura de Canadá y Estados Unidos. Los resultados que obtengan Sinner y Alcaraz determinarán quién será el número 1 del ranking a fin de año. Iga, en cambio, es difícil que logre superar a Sabalenka. En el caso de los varones, nuestra sensación es que Sinner y Carlitos están varios escalones por encima del resto, por más que Sasha Zverev insista en que él puede darles pelea. Estamos más que listas para tomar el vuelo Londres-Toronto/Montreal.
Nos despedimos con un recuerdo de una de las Champions Dinner más trascendentes de la historia, al menos para los campeones de singles.

Nos leemos pronto, nuevamente en nuestro día habitual, el miércoles.
Saludos,
Caterina y Laura
Excelente artículo! En la final masculina, después de un primer set de muchos nervios por parte de ambos jugadores (muy fresco en la memoria la final de RG, para Sinner sobretodo), nos brindaron unos sets de muy alto nivel. Creo que en los próximos años estos dos jugadores nos brindaran tardes fantásticas. De todas formas aún recuerdo aquella final increíble en Wimbledon, y muy poco probable que volvamos a ver tanta calidad, entre Roger y Rafa en el 2008, mamita querida!
Muy bueno el comentario sobre Sheldon. Le tengo mucha fe. Con un poco de cabeza se mete en el top 5. Es un jugador que da espectáculo. El año pasado perdió el mejor partido de tercera ronda del US Open con Tiafoe (que nunca terminó de arrancar). Saludos y felicitaciones por el Newsletter.